Incorporo a este fotógrafo que he conocido en el Taller de Txema Salvans en Blankpaper a través de su libro Stigma.
Había visto parte de su trabajo, pero nunca le hubiera encajado en Magnum.
Buscando respuestas en una entrevista publicada por Nikonistas, encontré una obra sólida y tan coherente que no he podido evitar darle un hueco en esas cosas importantes que uno va aprendiendo. Así que resumo aquí, algunas ideas de esa entrevista.
...Cuando empecé en la foto, con 30 años, me di cuenta de que no se podía documentar el mundo sin asumir una posición, la mía propia en ese mundo.
La fotografía es un medio directo, tienes que hacer el trabajo mientras lo vives, eso lo cambia todo. Cambia tu vida, tus experiencias, influyes en la realidad al tiempo que te ayuda a cambiar tu vida, a ir más lejos. Mi trabajo no consiste en mirar el mundo, sino en buscar un modo de estar en él.
Hacía con la cámara lo mismo que hacía sin ella: vivir la noche y consumir sustancias que alteran la consciencia. El resultado estético era/ es un lenguaje estético que yo usaba para abrir espacios de percepción para mi.
Siempre tratando de no mentir. Con la dualidad de ser fotógrafo y mirar la escena desde dentro, como actor y como observador.
La fotografía fue sólo un pretexto de vivir con más intensidad. Un diario íntimo. La manera más justa de practicar el documentalismo
No hay comentarios:
Publicar un comentario