El motivo... La magnífica exposición de fotografía que tenemos en Soria. Concretamente en el Banco de España. Joan Colom Barcelona 1958-1964. Un lujo. Hoy hemos ido a verla con los alumnos de primero, y por eso que le haga un hueco aquí.
Resulta increíble que fuera sólo un aficionado. Que no llevara demasiado tiempo haciendo fotos. Que fuera tan concienzudo en pasar tres años de su vida visitando, (especialmente los fines de semana, cuando abandonaba sus labores de contable), el Barrio Chino de Barcelona y hacerlo como testigo de su faceta más popular por esas fechas.
Su mirada nos esconde en el quicio de la pensión de turno, en la ventana de la taberna, junto a la tienda de ultramarionos, colándonos, a través de la cámara en la puerta de lo prohibido: Izas, rabizas y colipoterras. La Prostitución en una Barcelona de de principios de los 60 que ahora apenas reconocemos.
Me encanta ese trabajo notarial firmado desde el lado más humano, más fresco y espontáneo que habíamos visto en España. Un aficionado ejemplar, que tenía que estirar sus copias para ajustar el encuadre de la cámara oculta, que forzaba la película porque las calles del Barrio Chino apenas tenían luz. De esas limitaciones sale el acabado más sorprendente de sus copias. El grano, el desenfoque, esos negros profundos... el movimiento. Es casi cine. La recorrí como si hubiera estado andando por la calle, siguiendo los pasos de Colom. Atenta. Agradeciendo que me haya desvelado sus secretos.
